Ulises, de James Joyce
Hace unos años me propuse navegar por los senderos sinuosos del Ulises, de James Joyce. No sabía si sería capaz de recorrer sus laberínticos paisajes y si encallaría en las aguas con brucelosis de Telémaco y si el único sustento a mi desgracia sería el monólogo interior de Molly Bloom. La odisea de atravesar los intersticios de futilidad, insignificancia y rutina para alcanzar el último episodio, Penélope, parecía una misión de titanes. Conocía la traducción que José María Valverde había hecho de Ulises ( cuánto le debemos a su trabajo callado, riguroso y minucioso). Buscaba un guía para adentrarme en las aguas turbulentas de esta novela. La traducción de Ulises de María Luisa Venegas y Francisco García Tortosa (Cátedra) tiene una introducción explicativa de esta novela .
Breve resumen de esta introducción del profesor F. García Tortosa:
"Decir a estas alturas que Ulises es una de las novelas más influyentes, discutidas y renombradas del siglo xx significaría una banalidad.
(...) Para muchos, la primera noticia, y quizás la única, que tuvieron de la obra, muy probablemente les llego arremolinada en aires de escándalo: indescifrable, un insulto al lector medio, soez , escabrosa, vulgar. Junto a opiniones de este jaez, otras la elevaban a la cima del arte: penetrante, innovadora, la mayor creatividad verbal después de Shakespeare, descubridora del hombre moderno.
(...) El autor, además, se había ganado ya una cierta notoriedad por su obra anterior especialmente por y Dublineses y Retrato del artista adolescente. A comienzos de los años 20 Joyce engrosaba el elenco de celebridades que pululaban por París, así que el escritor proscrito no era un oscuro desconocido al que simplemente se le había ocurrido escribir unas cuantas obscenidades.
(...) Sin entrar por el momento en otras dilucidaciones, la mayor sorpresa que nos depara la novela reside en que no es como las demás. El concepto de novela que en cada uno de nosotros se ha ido formando con la lectura de obras que desde el siglo XVII se conocen con ese nombre, se resquebraja cuando llegamos a Ulises.Y no es porque las técnicas que emplea son nuevas, tanto el monólogo interior como la narración exhaustiva de un cierto espacio de tiempo, por ejemplo, se había empleado anteriormente, sino por el modo de descubrirnos la realidad. La perspectiva desde la que se atisba el transcurrir de un día en la vida de unos personajes es inusual y como mínimo chocante.
(...) El arte siguiendo la máxima latina, debe instruir y deleitar, Ulises ni instruye ni,aún menos, deleita, según algunos de sus detractores.
Otra consecuencia implícita en el arte innovador es la incomprensión.
(...) Lejos de ser tediosa, su humor y variedad nos lleva a pensar en Rabelais, Cervantes o en Laurence Sterne
.La dificultad de lectura de Uises no son las referencias homéricas o el color, técnica o símbolo que predomina en cada uno de los episodios, sino algo más simple, y al mismo tiempo más complejo como es encontrar sentido y poner en el aluvión de detalles e información que se acumulan en sus páginas.
(...)Lo esencial, pues, no es conocer al detalle la historia de Irlanda o identificar las miles de referencias a la literatura universal, sino hallar el sentido que encubre el trasiego de la vida cotidiana en la que hay que incluir tales referencias, La naturaleza proteica de Ulises se manifiesta justamente en la variedad de interpretaciones a las que da lugar. Como toda obra que ahonda en la condición humana desde la sensibilidad y la inteligencia.
(...) Las referencias homéricas, sin embargo, están patentes en la novela, y no sólo porque en un principio los episodios se fueron publicando con epígrafes extraídos de la Odisea:" Telémaco", "Calipso", "Las sirenas", etc. sino por las numerosas declaraciones de Joyce y muy particularmente porque Ulises necesita ese soporte para escapar de un naturalismo que recortaría su dimensión universal.
(...) Si todos los escritores tienen algo de egocéntricos, la egolatría de Joyce alcanza extremos únicos: toda su obra puede interpretarse como la aspiración sublimada a dramatizar su autobiografía. En Ulises los personajes principales o son reflejos de Joyce o desdoblamiento de su personalidad. Stephen, protagonista de Retrato del artista adolescente, vuelve aquí con sus dudas y temores.
(...) Ulises, lo mismo que la Odisea consiste en la narración de un viaje, en la crónica de las peripecias de unos seres que viven y deambulan por Dublín.
Desde estos tres pilares, la ciudad, unos pocos personajes ejemplares y una clase social a la deriva se construye Ulises. Con estos tres elementos Joyce tenía que "forjar en la fragua de su espíritu la conciencia increada de su raza".
Si bien estos componentes en realidad no difieren esencialmente de los de cualquier otra narración, la originalidad y el paso al plano épico y mítico radica en el modo de tratarlo. Una novela que relate el devenir de unas gentes en una ciudad determinada corre el riesgo de convertirse en una simple descripción costumbrista, a no ser que se consiga elevar a categoría arquetípica el lugar, los personajes y la acción.
(Juan Benet arremete sin piedad contra la obra de Joyce , le achaca ser " un cuadro de costumbres, hipertrofiado por la palabrería).
(...) En el siglo XIX, el novelista suele coincidir con el narrador omnisciente, pero no sólo conoce la vida y obra de sus personajes, sino que además se constituye en director espiritual del lector al que da consejos y le advierte de los peligros. Joyce y con él otros muchos de los escritores que se agrupan en el movimiento modernista, reacciona en contra de autor omnisciente y maestro, y elige permanecer oculto tras las palabras y la dinámica de la acción. El aprendizaje de esta técnica presupone un proceso que culmina en Ulises, aquí ni una tercera voz ni tampoco el narrador nos cuenta una historia, o comentan los hechos que relatan, sino que todo dimana de los personajes y de los incidentes triviales que se van sucediendo. Las implicaciones de este cambio no sólo afecta a la perspectiva si no que conlleva una nueva manera de novelar". Introducción de Francisco García Tortosa (Cátedra)
Si la historia nos la cuenta el autor, uno o varios de los personajes, la visión que se nos da de ella, es por fuerza, unívoca - digamos que cuando la información procede de varias fuentes, es sucesivamente unívoca. Cuando no existe narrador, el lector se convierte en el único intérprete, los hechos aparecen ante él desprovistos de coloración. sin otra guía que su propio entendimiento. Como no existe autoridad que ratifique lo que se nos cuenta, la narración se carga de ambigüedad e indeterminación.
(...) El autor se esconde detrás de los personajes o, mejor, se encarna en ellos y utiliza sus mismas palabras y puntos de vista, de tal manera que no se sabe cuándo aciertan o se equivocan, nos engañan, y hasta puede suceder que entrando en sus pensamientos participemos de sus prejuicios y nunca lleguemos a comprender cómo son en realidad.
(...) Tanto la ambigüedad como la sucesión de estilos se derivan, en parte, de la ausencia de un narrador en la obra, este vacío hace que a veces lo esencial haya que situarlo en el ámbito del silencio.
(...)El silencio está en la raíz de la ambigüedad que impregna los mínimos detalles e incidentes de Ulises. El autor como Dios, no da explicaciones, nos presenta su mundo tal como él lo ha concebido y deja que la creación dé testimonios de su existencia y sea ella su intérprete. Las incógnitas se suceden unas y otras sin que el lector halle una respuesta explícita; pero el silencio no es el vacío, sino que oculta múltiples posibilidades que fecundan y enredan la textura simple de la novela. Si el narrador, o si se quiere el creador, rompieran el silencio con su presencia, reduciría la riqueza de significación.
(...) Cuando el autor se diluye en la narración pierde su voz y coge la de sus personajes, pero esta evidencia que en otras novelas tiene una solución relativamente simple, en Ulises se complica sobre manera, porque, se quiera o no en la novela hay un cronista camaleónico, que toma el color de las personas y de sus situaciones, es decir, el estilo de la narración se conjuga con un estilo que conjuga el personaje y el momento en que vive. Ésta puede ser la razón por la que en Ulises se encuentran tantos estilos como episodios.
(...) Uno de los valores de Ulises radica en su significación arquetípica, y el camino por el que llega a ese estadio es el realismo o, para ser más preciso, hiperrealismo.
(...) Con el monólogo interior o flujo de conciencia se completa el círculo realista de la novela. El monólogo interior es una técnica que Joyce tomó con variantes del novelista francés Dujardin, aunque en cierto sentido también se puede decir que representa una adaptación de la práctica del narrador omnisciente. A través de este método el lector completa la panorámica del mundo exterior con atisbos del interior de alguno de sus personajes.
(...) Otro aspecto del monólogo interior es la ausencia de un mediador entre los personajes y el lector. El mediador, que en definitiva es el autor, abandona a sus criaturas y deja que los vacíos, errores y dudas afloren a la superficie sin control, lo mismo en su lengua que en la lógica de su pensamiento. No hay juicio moral tampoco, ni respeto por las convenciones sociales, y así el lector se adentra sin obstáculos en la realidad insondable de los personajes.
(...) Esta clase de monólogo interior permite que el lector se constituya en único juez, función extremadamente difícil, puesto que no dispone de patrón por el que medir o entenderla naturaleza de los personajes, y ha de ser muy cauto para no perderse en el raudal de futilidades". Introducción: Ulises, de James Joyce (Cátedra) Francisco García Tortosa.
Como resumen, se podrá agregar que Ulises tiene un método de composición simple: el realismo entendido como la conjunción del caos de lo perecedero y la permanencia de las esencias. Cada individuo ve la realidad desde su propia historia y experiencia y cada episodio sintetiza perspectiva y experiencias distintas, y el resultado se somete a ellas. La realidad no se nos ofrece de de golpe, sino en secuencias fragmentarias. Los incidentes que se cuentan en la novela son pocos, con el fin de que se puedan ver y comentar desde ángulos distintos, lo que da lugar a la ambigüedad y paralaje.
(...) Ejecuta la misión de ordenar el desconcierto superficial, y el humor y la ironía humanizan a los personajes, a la acción, el estilo e incluso a Santo Tomás, porque si todo es relativo y todo está en todas partes sería grotesco tomar actitudes demasiado estrictas.
Ulises representa un microcosmo en el que se aglomeran referencias a la literatura universal, a la historia, filosofía, matemáticas, astronomía, música, etc.,y, por si todo esto fuera poco, estilos y registros diferentes se suceden y entremezclan sin cesar; la información sobre los hechos que se narra se suministra esparcida y casi oculta en distintos pasajes de la novela; y por añadidura, el vocabulario es en ocasiones anacrónico o de tal precisión que obliga a consultar el diccionario insistentemente".
Breve resumen, de Ulises de James Joyce, introducción del profesor Francisco García Tortosa. Traducción de María Luisa Venegas y Francisco García Tortosa (Cátedra. Madrid, 1999).
El término paralaje es la traducción del inglés parallax, que alude al desigual desplazamiento aparente de los objetos cuando se observan desde distintos puntos.
En las noticias de tecnología de los medios de comunicación, no es raro que se emplee el término inglés, a veces incluso en mayúscula, como si se tratara de un nombre propio: «Tus fotografías cobrarán vida con el efecto Parallax», «Su tecnología ayuda a minimizar los errores de parallax» o «La última actualización permitirá seleccionar un fondo Parallax».
El término paralaje tiene su origen en la astronomía, campo en el que se define, según el Diccionario esencial de las ciencias, como ‘variación de la posición aparente de un objeto al cambiar la posición del observador’. Cuanto más lejano está el objeto, menor es su movimiento aparente, y este efecto se emplea para crear un efecto de relieve en, por ejemplo, el cine de animación y diversos dispositivos electrónicos.
Es una palabra que puede emplearse tanto en masculino como en femenino: el paralaje y la paralaje. Fundéu BBVA
Jorge Luis Borges en la conferencia sobre James Joyce y "Ulises" dice : " En 1922 Joyce escribió el Ulises. La vida de Joyce transcurre lejos de Irlanda, él mismo dice en "Retrato del artista adolescente", una novela autobiográfica, que se propone dejar Irlanda y trabajar con tres armas: el silencio, el destierro y la astucia.
Si yo tuviera que señalar una obra que representará de un modo magnífico todo lo que llamamos y, lo que aún ahora sigue llamándose moderno, esa obra sería indudablemente la obra de Joyce.
Si tuviera que perderse todo que se llama literatura moderna y hubiera que salvar dos libro, esos dos libros que podríamos elegir en todo en todo el mundo,serían en primer término el Ulises y luego Finnegas Wake.
El libro más accesible de Joyce es "Retrato del artista adolescente.
A Joyce le había interesado la evolución literaria europea. Estudio profundamente las dos grandes corrientes literarias francesas: el Naturalismo cuyo máximo representante era Émile Zola y el Simbolismo. Se tratan se dos escuelas opuestas - El conocimiento de estas dos escuelas es necesario para entender la obra de Joyce -.Los naturalistas se proponían ofrecer a sus lectores, tajadas de vida, transcripción de la realidad, es decir, los naturalistas sólo querían transcribir la realidad. Sólo se transcribe lo oral, sólo se transcribe lo que está escrito, o lo que se dice. Pero buena parte de la realidad no es oral, una parte de nuestra realidad es visual; otra olfativa; otra táctil; otra gustativa. Y luego tenemos también la memoria hecha de imágenes. Nada de esto puede transcribirse directamente. Sería posible transcribir la realidad si ésta fuera simplemente verbal, pero es muchas cosas: memoria, pasiones, nostalgia, voluntad, tantas cosas que no son palabras.
A Joyce le interesa también el Simbolismo. Él quiere lo contrario del Naturalismo, cree que nada puede expresarse. El escritor debe proceder por sugestión, en este sentido el Simbolismo está más cerca de las eternas tradiciones de la literatura que el Naturalismo. ¿ Qué son las palabras? Las palabras son símbolos, pero para que esos símbolos obren es necesario que sean símbolos compartidos. La metáfora en gran parte es una sugestión. Las imágenes mas felices son, no las que declaran las cosas, sino las que sugieren.
Joyce, entrega su vida a la literatura. Empezó escribiendo poemas, estos poemas son extraordinarios. Es una lastima que Joyce se dedicara a construir vastos laberintos en los que él mismo se perdió, y en él que los lectores se pierden.
Joyce había estudiado todas las técnica literarias ,y no estaba enteramente satisfecho con ninguna de ellas, se propuso ensayarlas y agotarlas todas en el Ulises; y tomo como esquema la "Odisea", es decir, cada capítulo del Ulises corresponde a uno de los cantos, a una de las rapsodias de la Odisea y, además, busco otras analogías. Por ejemplo, cada capítulo está dedicado a un órgano del cuerpo humano; en cada capítulo prima un color; cada capítulo sigue una técnica literaria distinta. El último capítulo es el que más ha influido en toda la literatura contemporánea, el largo monologo interior de la mujer de Leopold Bloom ( Molly Bloom).Lo que la mujer de Bloom piensa antes de dormir.
En la Odisea tenemos el tema de Ulises y de Telémaco y en el Ulises tenemos a Stephen Dedalus, que es el mismo Ulises, que es el mismo Joyce que busca a su padre, y que finalmente lo encuentra en Bloom. Dedalus es el Telémaco de esta odisea.
¿ Qué podemos decir del Ulises? Es, desde luego, una de las obras más extrañas de nuestro tiempo, pero- esto lo apunta George Sampson, en su Historia de la literatura inglesa -.Tiene el defecto capital de ser ilegible. No puede leerse desde el principio hasta el fin. En cambio, abundan frases felices. Porque el talento de Joyce era un talento ante todo verbal".
Conferencia de Jorge Luis Borges sobre James Joyce y el "Ulises" YouTube.
Retrato del artista adolescente casi cabe considerar como el primer volumen de Ulises. Stephen Dedalus (alter ego de James Joyce), contrafigura del autor en su juventud en contrapunto de Leopold Bloom, autorretrato de un posible y malogrado artista maduro. Autocaricatura de Joyce.
Ulises cuenta lo que le ocurre a Stephen Dedalus y Leopold Bloom -En Dublín, desde las 8 de la mañana del jueves 4 de junio de 1904 hasta las 2 de la madrugada siguiente ( las tres primeras horas, por separado, duplicando el relato), con un apéndice desde las 2 hasta alrededor de las 3 de esa madrugada, en la mente duermevela de Molly Bloom esposa del Leopold Bloom. La obra funciona como una parodia de la estructura de la Odisea de Homero. La experimentación lingüística se convierte en un elemento fundamental de la novela. Mediante el monólogo interior expone los pensamientos de los personajes sin ningún pudor. Con esta técnica profundiza en aspectos novedosos de la condición humana: intuiciones, recuerdos, sensaciones, etc . Descubre la odisea interior de vidas insignificantes.Los héroes, ahora, están hechos a nuestra medida y en ellos vemos reflejados nuestras debilidades, errores y aspiraciones. Al mismo tiempo rehusamos aceptar como modelo aquello que se parece a nosotros, de ahí la condición equívoca de Leopold Bloom y de toda la novela.
La lengua deparaba la posibilidad de elevar Dublín a un grado intemporal y de conocer a sus habitantes en diferentes estados de anímicos y psicológicos. La lengua hace que dé una transposición de planos.Los cambios de estilo, refuerzan la intemporalidad, y en entreabren el mundo interior de los personajes en una sensación incesante de perspectivas.
Para Joyce, la aprehensión de la realidad, más que por sensaciones, le llega a través de la lengua, que se revela con una verdad de mayor solidez que la materialidad del mundo.
Joyce será fríamente neutral ante lo cristiano y lo religioso en general, sólo atento a usarlo a efectos del lenguaje.
Cuando alguien le pregunta por la Primera Guerra Mundial :"Ah sí, he oído decir que ha habido una guerra por ahí".
T.S.Eliot: "Joyce había hallado un modo de controlar, de ordenar, de dar forma y significación al inmenso panorama de futilidad y anarquía que es la historia contemporánea".
J.Middleton Murry: "Esta bufonería trascendental, esta súbita irrupción de la vis cómica en un mundo donde se encarna la trágica incompatibilidad de lo práctico y lo instintivo, es un logro muy grande. Ese es el centro vital del libro de Mr. Joyce, y la intensidad de la vida que contiene basta para animar su totalidad..."
Ezra Pound, se refería a Joyce en cuanto flaubertiano, no sólo en su sentido del arte estilístico, sino en su realismo crítico especialmente por la estupidez humana, trazando un paralelo entre L. Bloom y Bouvard - Pécuchet.
Jacques Derrida hace una lectura entre la versión inglesa y la francesa del Ulises, para mostrar que la traducción es un texto nuevo y no una copia que simplemente transmite el significado del original.
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