Transición Fundación Juan March Conferencia: Nacionalismo y neoliberalismo en el proceso de consolidación de la democracia, de Santos Juliá que fue catedrático de Historia Social y del Pensamiento Político de la UNED Resumen: << Iba creciendo la idea de democracia. Una cultura democrática que crece en el marco de una dictadura. (...) A configurar esa idea de democracia que es , en mi opinión, la que llega a la transición; y la que después va a sufrir el proceso de desencanto, la desafección, etc. Recordamos de donde vienen esos grupos y que idea de democracia es la que se va fraguando, a partir, sobre todo de la primera muestra de rebeldía de los estudiantes, año 1956, reforzada luego, a partir de los primeros movimientos de huelga que tienen lugar en los años 62 y 63 que tienen una gran repercusión en las actitudes de los intelectuales, de las élites intelectuales españolas. En la España de los años 60 se origina un tipo de pensamiento caracterizado sobre todo por el énfasis en lo moral. Un tipo de pensamiento que viene de pensadores católicos y que puede tener su paradigma, su muestra en la persona de José Luis Aranguren. Presentan una actitud con acento en lo moral. Van a tener un concepto de la democracia como virtud. La definición que más le interesa a Aranguren es una conquista ético política de cada día, es una actitud moral. No solo en cada individuo sino como él dice requiere la existencia de unas minorías que den conciencia, ilustración y moción política a las masas. Está pensando en una élite política altamente moralizadas. Otro tipo de intelectual que ha actuado no insiste tanto e en la moral como camino a la democracia, como a un tipo de estado. Son filósofos del derecho. teóricos del derecho político, incluso constitucionalistas. Una filosofía del derecho que se va formando en los años 60 y que es una mezcla o combinación de elementos que vienen del marxismo y catolicismo que incorporan a la idea de democracia una exigencia de transformar la sociedad. El supuesto de la filosofía marxista: "Hasta ahora se ha pensado en el mundo, es ahora el momento de transformarlo". Los que vienen del catolicismo. No una mera contemplación; no una resignación sino una fuerza que ha de transformar el mundo. Esta transformación se conseguirá no por el esfuerzo voluntarioso de cada uno sino por el mismo estado.. El estado como un agente de transformación. La democracia, además del impulso moral recibe sobre sus espaldas la exigencia de transformar el mundo. Conseguir una sociedad sin clases, igualitaria. En los años 60 se insiste en la democracia verdadera, veracidad y autenticidad ; todo lo demás es democracia ficción.(...) Si se unen la propensión a un pensamiento moralista; una filosofía del derecho o filosofía que mira mas allá de la democracia formal para instaurar la verdadera democracia transformadora de la realidad; y que todo esto se produce en un mundo político muy fragmentado porque no pueden actuar grandes organizaciones se comprende que hubo una carga de expectativas. (...) En las elecciones democráticas de 1977 se pudo presentar todo el espectro político. Hubo un momento de fuerte tensión porque el plan primero era que el Partido Comunista quedaba excluido hasta unas siguientes elecciones y vinieron emisarios importantes para recomendar que de todas maneras se celebraran. Esa era la idea del Departamento de Estado de los EE.UU. Esa era también la idea de Willy Brandt cuando vino en enero de 1977 : "No tienen Uds. prisa dejen al Partido Comunista al margen o que se presente bajo otro nombre y cuando esto se estabilice pueden darle entrada". Esta era la apertura controlada del asunto Aquí hubo un momento de fuerte tensión del que no se sabía que iba a pasar.¿ Qué pasa si a los comunistas se le reconoce el derecho a presentarse a las elecciones?, se le reconoció, lo cual quiere decir que no todo lo que paso entonces fue producto del miedo o de los llamados poderes fácticos que dirigían aquello desde una especie de cuartel general que disponían que se hacía, que se admitía y que no se admitía. La legalización del Partido Comunista es el primer acto político de gran calado que se toma en España contra la opinión mayoritaria del ejército. Nadie tenía idea de que iba a pasar. Bueno, lo que paso fue que se celebraron las elecciones. Empieza a funcionar un sistema en el que nadie tiene mayoría y las tareas que están pendientes exigen acuerdos entre los dos partidos mayoritarios. O hay acuerdos o el proceso que se abría, el proceso constituyente quedaba bloqueado. Era imposible elaborar una constitución si los dos partidos mayoritarios, es decir, UCD y PSOE no negociaban. Empezó una negociación en la que cada cual tiene que dejar un jirón de sus expectativas. No se negocia nunca si uno piensa que todas sus cartas las va a dejar para el futuro, uno negocia dejando algo, y a eso se le llama consenso. Todos los males son achacados a la Transición Se critica lo real en función de lo que uno imagina que debía ser la democracia o la política. No se hace la crítica de lo real a través del análisis de lo real sino que se hace confrontándolo con una idea. El discurso español sigue siendo muy moralista, muy moralizante. En lugar del análisis crítico de la realidad a partir de la realidad misma se sustituye por un análisis moral que busca la causa del mal en algún acontecimiento primigenio que ha estropeado todo el proceso. Una especie de pecado original que explicaría todo el devenir posterior. Hay otro elemento de los críticos y de los descontentos de la Transición que tiene que ver no con la moral, no con las reclamaciones nacionalistas, sino que tiene que ver con la memoria, con nuestra identidad. ¿Por qué está surgiendo ahora tanto esa visión de la Transición como guiada como por un pacto de silencio? Se extendió una especie de amnesia sobre el pasado y se ha construido sobre esa amnesia una cultura política con un gran déficit democrático. Esta idea que se extendió mucho hace unos años no tiene en cuenta algunos aspectos fundamentales en la instauración de la democracia en España. Y que iguala la Ley de Amnistía con una amnesia generalizada e iguala la amnesia con un silencio en el que nos habríamos sumido por miedo, por miedo a una reacción de las fuerzas de seguridad, del ejército y por miedo a crear una tensión en la que la sociedad española que de nuevo nos echara en manos de una guerra o algo similar. Cuando uno no se deja llevar solo de la memoria y se quiere reconstruir el proceso a base de las huellas que dejaron en el pasado. Lo que funciona en la Transición es otra memoria del pasado. La Ley de Amnistía que no la promulgo el Gobierno, como a veces se dice a cambio de, sino que la promulga el primer Parlamento. Lo primero que hace el Parlamento elegido en 1977 es debatir la Ley de Amnistía por la que todo lo que ha ocurrido en el pasado queda amnistiado. La defensa la hace Arzalluz ,Marcelino Camacho, Felipe González, la oposición y a partir de esa Ley de Amnistía no se extiende el silencio, lo que pasa es que no se utiliza el pasado como un argumento político. Bueno, es una memoria con un objetivo, con el objetivo de clausurar el pasado y echar andar un futuro. Esa memoria prescinde del juicio moral sobre el pasado. Qué quiere decir que prescinde del juicio moral, ¿ qué no condena?, ¿ qué no emite un juicio?, ¿ qué lo suspende en función de lo que se va a conseguir? Cuando ahora se reprocha a esa memoria la igualación de la culpa, la igualación de responsabilidades, se prescinde del momento en la que esa memoria actuaba, y se prescinde del objetivo. El objetivo era que nadie por nada hecho hasta una fecha determinada quedara fuera del juego político. Por la Ley de Amnistía quienes salen de la cárcel son presos de ETA, del GRAPO, del FRAP y del MPAIAC. No quedaban ya presos políticos, Fue una amnistía absolutamente general >>.
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