Miguel de Unamuno sobre Barcelona
Por tierras de Portugal y España, el capítulo que le dedica a Barcelona, Miguel de Unamuno: :<< Trabajan allí mucho, es verdad, pero vocean más que trabajan; valen, sí, pero sería un negocio redondo comprarles por lo que valen y venderles por lo que creen valer. En la ciudad de Barcelona se cree uno a veces hallarse en un vastísimo arrabal de tarascón, y se cree oír en catalán, lengua tan hermana de la lengua provenzal, el grito de los buenos tarasconenses: fem du brut, es decir,”hagamos ruido”. La especial megalomanía colectiva o social de que está enferma Barcelona les lleva a la obligada consecuencia de la megalomanía a un delirio de persecuciones, también colectivo y social. Y así hablan de odio a Cataluña, y se empeñan en ver en buena parte de los restantes españoles una ojeriza hacia ellos, hacia los catalanes -más bien los barceloneses-,estimulando acaso hijo de envidia. Tal odio no existe. No existe el odio a Cataluña, ni a Barcelona, ni existe la envidia tampoco. Lo que hay es que los españoles de las demás regiones han estado constantemente ponderando y exaltando la laboriosidad e industrialización de los catalanes-son los demás españoles los que han hecho el dicho de:” los catalanes, delas piedras sacan panes”, y con esto les han recalentado y excitado esa nativa vanidad que con tanta fuerza arraiga y crece bajo el sol del Mediterráneo. Y esa vanidad, esa petulante jactancia y jactanciosa petulancia que se masca en el aire de Barcelona.(…) Ambos vicios, la vanidad petulante y la avaricia codiciosa, brotan de una cualidad, y es la sensualidad. El costeño mediterráneo, por lo menos el catalán, es más sensu
al que apasio
nado>>
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